lunes, 20 de abril de 2009

burros!


En 1450, la raza se introduce en Fuerteventura a través de los conquistadores asentados en el archipiélago, los cuales regían en la isla desde el año 1405 , y que en sus incursiones al continente africano fueron trayendo animales del noroeste de esta región. Esta teoría se ve sustentada además por una serie de características como son la “raya de mulo”, la banda crucial y las zebraduras de las patas, las cuales nos indican que el burro majorero tiene su origen en el tronco ancestral Equus asinus africanus. De esta forma, aunque la raza posee ascendencia africana, y debido a la cantidad de años transcurridos desde su introducción, se ha ido adaptando perfectamente al las condiciones ambientales concretas de la isla, como son las elevadas temperaturas y las escasas precipitaciones, así como a los terrenos semi-desérticos y volcánicos.Las referencias históricas que podemos encontrar con respecto a esta raza no son muy numerosas, se encuentran básicamente en la narración que hace George Glas de sus diversas experiencias y observaciones en la isla de Fuerteventura en su libro “la descripción de las Islas Canarias. 1764”: “La gente rica es muy contraria a dejar su país, pues no tiene la menor curiosidad por viajar y ver el mundo. Un caballero aquí, que posea unos cuantos acres de terreno, una docena de ovejas, un par de asnos y un camello, preferiría vivir toda su vida comiendo gofio que irse a la aventura (...) lo que se llama rango en estas islas, entre la clase de gente a la que me refiero, consiste exclusivamente en no trabajar o en cabalgar una corta distancia montado en burro”.“Habiéndome facilitado el oficial del puerto un burro con silla de montar (pues no se disponía de un caballo), y un guía , salimos del puerto a eso de las tres de la tarde”.“El ganado de estas islas se compone de camellos, caballos, asnos, bueyes, ovejas y cerdos, los cuales, excepto las ovejas y las cabras, fueron traídos aquí después de la conquista, desde Berbería y España. Los caballos son de raza beréber, y son muy apreciados por su temperamento y ligereza; pero son de poca utilidad o de ninguna en estas islas, ya que los del país no caminan grandes distancias, siendo tantas las dificultades para transportarlos por mar, poco o ningún cuidado tienen para incrementar la raza, por lo que su número es actualmente muy pequeño. Para viajar, los indígenas emplean asnos de mayor tamaño que los de otras islas, que se mantienen con muy poco gasto y sirven muy bien para sus cortos trayectos”“Aquí se ara, en general, con un camello o un par de asnos, pues el suelo es ligero y no se profundiza mucho”Historia de un hecho relevante para la raza:Habría que destacar un episodio que el historiador Abreu y Galindo narra: en 1580 él mismo junto a diferentes personas notables de la época, el obispo Fernando Suárez, el poeta Gonzalo Argote y el señor de la Isla, participaron en una cacería en que fueron abatidos 1500 burros. Con respecto a este hecho existen diversas referencias de otros autores, que amplían la descripción: “Esta isla dilatada, medio desierta y tan abundante de pastos y yerbajes, que se llamó Erbania en lo primitivo, fue desde su conquista tan favorable para la cría de todo género de cuadrúpedos, que multiplicándose prodigiosamente, vino a hacerse una de las riquezas más considerables de su tráfico(...)Pero la especie que se propago hasta lo increíble y que incomodaba los habitantes sobremanera era la de los burros porque, habiéndose criado salvajes en matorrales y dehesas, causaban en los sembrados y cortijos daños irreparables. Hablábase mucho de esta inaudita plaga a tiempo que estaban en Fuerteventura el capitán general don Luis de la Cueva y Benavides, señor de Bedmar; el obispo don Fernando Suárez de Figueroa: el provincial Gonzalo Argote de Molina, y el P. Fray Juan de Abreu Galindo franciscano de la provincia de Andalucía, ilustre escritor de las antigüedades canarias. Y con motivo de dar a estos recomendables huéspedes un espectáculo divertido y nuevo, don Fernando y don Gonzalo de Saavedra acordaron que se hiciese contra aquellos brutos una batida general. A este fin, habiéndose en movimiento toda aquella tierra y juntándose un cuerpo militar de buena caballería, seguida de los bravos mastines del país, se consiguió una cacería tan completa, que quedaron muertos en el campo más de mil y quinientos asnos. Después de esta derrota no ha vuelto la especie a ser tan formidable en Fuerteventura.”También encontramos otra mención de este hecho: “ Los asnos traídos a Fuerteventura aumentaron tan pronto que se criaron salvajes en las montañas, e hicieron tanto daño a los nativos, comiéndose su maíz y otros cereales que, en 1591 se vieron obligados a reunir a todos los habitantes, con perros, en la isla, para dedicarse a destruirlos; en consecuencia mataron a no menos de mil quinientos. Desde entonces no ha habido en la isla más que los necesarios para ayudar a los habitantes” .En cuanto a la forma en que la gente ha denominado a la especie, es destacable que la etimología no haya cambiado desde un inicio, llamándoseles desde siempre burros. La evolución y regresión del burro majorero sigue la línea general del resto de razas asnales españolas. Desde un inicio se adaptó a las condiciones ambientales y de manejo a las que se le sometió en la Isla de Fuerteventura, prestando numerosos y valiosos servicios. Poco a poco se fue extendiendo al resto de las islas, especialmente a Lanzarote con la que siempre ha existido un gran intercambio de animales.El burro adquirió gran importancia en el medio rural canario, debido a que por un lado las islas con más vegetación son muy escarpadas y poseen gran parte de su terreno agrícola estructurado en terrazas y que por otro, las islas con terrenos mas llanos –Fuerteventura y Lanzarote- son semidesérticas y carecen de pastos adecuados, de forma que animales de mayor tamaño o menos rústicos que el burro encuentran problemas para adaptarse, tanto por la dificultad para desenvolverse como por los requerimientos de una alimentación mas selecta que muchas veces era difícil de proporcionar. De esta manera el burro, majorero puro en Fuerteventura y cruzado en mayor medida en el resto de las islas, tuvo un papel preponderante en el desarrollo de Canarias. Esta situación se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX, momento en el cual comienzan a suceder una serie de acontecimientos que relegan al burro majorero a un segundo plano:- Se empiezan a mecanizar las tareas para las que se usaba; no solo las agrícolas, sino la conducción de agua y otras mercancías. Además aparecen medios de transporte mecánicos.- La red viaria comienza a mejorarse y sufre diferentes modificaciones que hacen que tanto la carga de bienes como el de personas se puedan realizar por otros medios de transporte .- La población isleña deja de estar tan dispersa y comienza a concentrarse en ciudades;especialmente en las denominadas islas mayores, Tenerife y Gran Canaria. Esto implica que el medio rural comienza a quedarse despoblado y sus modos de vida a perderse.- A medida que estos cambios van aconteciendo, tanto la población como el territorio canarios, hasta ahora principalmente dedicados al sector primario, se encaminan hacia el turismo. De manera que el ámbito en el que el burro poseía utilidad desaparece en gran parte.Todos estos factores hacen que a día de hoy, la raza majorera no supere los 200 ejemplares, y junto al resto de razas de burros oficialmente reconocidas en España, fuera incluida en el año 1997 en la categoría de “razas en peligro de extinción”, al actualizarse el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España.Aunque los asnos majoreros constan, desde el año 1997, como raza oficialmente reconocida en el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España (Real Decreto 1682/1997; BOE de 7 de noviembre de 1997), son casi inexistentes las referencias bibliográficas acerca de su descripción morfológica. Únicamente, el trabajo presentado por Delgado y col. (1998) en el “3er Coloquio Internacional Sobre Équidos de Trabajo” en la Universidad Nacional Autónoma de México, presenta algún tipo de peso propio. Sin embargo, a partir de septiembre de 2000 se comienza a trabajar en un programa, descrito en el apartado de fomento, para la conservación y la mejora de la raza asnal majorera, dentro del cual se contempla la instauración del Libro Genealógico. Éste programa, está a fecha de hoy aun desarrollándose.

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